miércoles, 19 de febrero de 2020

Introducción de la renta básica

Frente a subsidios y ayudas, en lugar de ser un sistema donde hay pagos parciales, la renta básica garantiza un nivel mínimo; en lugar de ser puntuales, los pagos son periódicos; en lugar de basarse en las necesidades, se abonan a todos como una cantidad fija; se abonan en efectivo, y no en forma de complicado apoyo en especie; se conceden a todas las personas, no solo a los hogares necesitados; en lugar de exigir que se cumplan diversas condiciones, son incondicionales; en lugar de excluir a los ricos, son universales; en lugar de basarse en contribuciones a lo largo de toda la vida, se financian principalmente mediante la recaudación de impuestos. Por la facilidad de su diseño la burocracia es mínima y los costos administrativos reducidos.
Nivel mínimo garantizado. La renta “básica”, pretende garantizar un nivel mínimo con el que todo perceptor pueda mantenerse. Aunque las necesidades de las personas están muy individualizadas y dependen en gran medida del contexto, el importe que requerirá cada persona concreta dependerá de factores como el precio de la vivienda y el coste de la vida en cada lugar, el estado de salud de la persona y si existe alguna forma de red de apoyo. La renta básica se concibe como un importe uniforme, que no refleja esas diferencias. No obstante, existen distintas versiones del concepto en las que se contempla ajustar el importe a lo largo del tiempo, concediendo menos dinero a los niños y más a las personas de edad, o realizando ajustes en función de la geografía. La base sobre la que se calculará el nivel mínimo y el importe que haya de pagarse variarán notablemente de un país a otro. Por ejemplo, en un referendum nacional sobre la renta básica en Suiza se propuso un pago de 2.500 francos suizos al mes para cada adulto, mientras que en una iniciativa planteada en Sudáfrica se contempla conceder 15 dólares de los Estados Unidos por persona y mes, ajustados según la inflación.
Pagos periódicos. En un sistema de renta básica, los pagos se abonarían a sus receptores de forma periódica, por ejemplo mensualmente que garantizan un nivel mínimo constante. La previsibilidad y la continuidad garantizan el cumplimiento de los objetivos relativos a la redistribución y a la reducción de la pobreza.
Pagos en efectivo. La renta básica está concebida como una subvención en efectivo, no como un apoyo en especie, como son los alimentos, los vales o la vivienda. Ello significa que las personas deben disponer de un medio para recibir los ingresos, como una cuenta bancaria, un teléfono móvil capaz de gestionar pagos electrónicos. Esto podría ser problemático en situaciones en las que ni la infraestructura bancaria ni la cobertura de telefonía móvil son fiables, y también plantearía dificultades a grupos como las personas sin hogar, las personas que huyen de la violencia doméstica y las personas con discapacidad psicosocial o simplemente a las personas que no quieren trabajar con banco privados. Se solucionaría con una oficina “pagadora” pública.
Pagos personales. Mientras que muchos aspectos de los sistemas existentes de protección social se dirigen a la familia (igual personas adultas que niñas y niños), la renta básica se abonaría directamente a cada persona. No obstante, algunas propuestas prevén una reducción de los pagos teniendo en cuenta la situación general de la familia o del hogar.
Pagos incondicionales. La ausencia de condicionalidad es un aspecto clave para la mayoría de los defensores de la renta básica. Eso significa que para percibir la renta no es preciso cumplir condición alguna, como hacer que los infantes asistan a la escuela o demostrar que se está buscando un empleo. Así, las personas no se verán empujadas a aceptar empleos desagradables o poco atractivos que no habría problemas que fuesen desempeñados por máquinas o por personas que les atraiga un salario más elevado.
Pagos universales. Una renta básica completa se considera un derecho universal, que se abona automáticamente a todas las personas de la sociedad, independientemente de sus ingresos, patrimonio, edad y género. No requiere una comprobación de los medios de vida y no se limita a una categoría concreta de beneficiarias. Para muchos la idea resulta perturbadora, se preguntan por qué los privilegiados deben recibir lo mismo que los desfavorecidos. Se suele responder que toda forma de comprobación de los medios de vida para determinar quién tiene derecho a una prestación exige una infraestructura burocrática voluminosa e ineficaz para evaluar las solicitudes, impone a las personas desfavorecidas la obligación de demostrar su estado de necesidad financiera, estigmatiza al grupo destinatario y socava la libertad para no trabajar, en contraposición a los servicios sociales con verificación de recursos, que se reducen a medida que las personas trabajan más y ganan más dinero. Una opción para conservar la universalidad y al mismo tiempo responder a esta crítica relativa a la injusticia sería un sistema de tributación progresiva que a efectos prácticos recuperaría gran parte de la renta básica abonada a las personas de ingresos elevados. Algunos refutan la viabilidad de ese enfoque en un mundo en el que los métodos de elusión1 y evasión fiscal imperan entre las élites. Los ricos pagarían impuestos directos progresivos y todos pagarían impuestos indirectos.
Aclarar que la dimensión de la universalidad se aplicaría únicamente a los ciudadanos o a las personas que hayan residido legalmente en el país durante un período de tiempo mínimo, aunque algunos planes solo exigen la residencia fiscal. Esos límites plantean importantes interrogantes en lo que respecta a los trabajadores migratorios, los trabajadores indocumentados y los solicitantes de asilo. En todos los casos residencias comprobadas.
1 Acción de eludir. "la elusión de responsabilidades; la elusión de un conflicto"

lunes, 13 de enero de 2020

La renta básica, a debate

original de Federico G. Charton. La brecha entre ricos y pobres se ensancha cada vez más, especialmente desde que comenzó la crisis, esa crisis que los poderosos se empeñan en decir que ha sido superada. Pero eso tal vez es cierto para el 10% de la población española, aquella que en la última década ha acumulado la mitad de la riqueza de nuestro país, es decir, medio billón de euros y que son el sector de población que realmente defiende este sistema.

Según el último informe de Save The Children, Desheredados, Desigualdad infantil, igualdad de oportunidades y políticas públicas en España, en nuestro país, entre 2008 y 2015 la pérdida media de renta debida a la crisis fue de un 21% entre las personas más pobres, mientras que la pérdida entre las más ricas fue sólo de un 2,1%. El sector más afectado es la infancia.
La renta básica universal sería el modo eficaz de superar la pobreza estructural del sistema capitalista e introduciría nuevos modos de relación con el trabajo
Desde la ecología política se plantea una solución para evitar la pobreza extrema: la Renta Básica Universal (RBU), un sistema por el que toda persona, independientemente de su edad, condición social o nivel de renta, recibiría una asignación lo suficientemente elevada como para asegurar su supervivencia, según los estándares de cada país. La RBU sustituiría a una serie de subsidios y ayudas condicionadas a la situación laboral de cada persona, que seguiría necesitando para alcanzar el nivel adecuado, de forma complementaria, aunque tuvieran un empleo, tendrían la libertad de poder rechazar aquellos trabajos que atenten contra sus derechos, pues su sustento no dependería de ello. Se podrían realizar muchos mas trabajos por vocación. Además, la RBU daría visibilidad a los trabajos no remunerados, casi siempre hechos por las mujeres de forma injusta, como son los cuidados y la crianza (aunque tiene que venir asociado a una re-definición de los roles en la familia). Numerosos estudios avalan la viabilidad de la aplicación de esta renta, como los realizados por el profesor de Economía de la UB, Daniel Raventós, o por la Red de Renta Básica, cuyos trabajos dan argumentos muy sólidos para hacer posible esta medida, que ya se está poniendo a prueba en países como Finlandia.
Las críticas a la RBU vienen tanto de la derecha como de la izquierda del espectro político. Desde las filas conservadoras se suele argumentar que “no hay dinero para esto”, “provocará que la gente no quiera trabajar”, “alentará la ociosidad”, etc. A estos argumentos se les puede contrarrestar con otros, como que percibir una renta básica disminuiría la presión de aceptar un empleo cualesquiera que fueran las condiciones laborales ofrecidas. En segundo lugar, una renta básica estimularía con toda probabilidad el autoempleo, pues disminuiría de forma considerable los riesgos de emprender un proyecto nuevo. Además, traería consigo una presión al alza de los sueldos de quienes desempeñan trabajos incómodos y poco gratificantes.
Desde la izquierda también se critica la RBU, con argumentos como que, se entrega dinero a los beneficiarios para que compren los productos y servicios siguiendo la lógica del mercado, este juicio minusvalora la capacidad de las personas de consumir de forma responsable1. La izquierda prefiere el empleo remunerado garantizado, moneterizando toda actividad, aunque sea voluntaria y en favor de la comunidad. Argumentan que subiría la inflación y que los costes de la RBU serían mayores que los actuales referidos a la Renta Mínima, razonamientos rebatidos por los defensores de la RBU que pueden ser fácilmente consultados en la red.
La Renta Básica Universal es una medida que está siendo debatida en la actualidad, y cuyos beneficios, en mi opinión, excederían sus desventajas, siendo un modo eficaz de superar la pobreza estructural del sistema capitalista e introduciendo nuevos modos de relación con el trabajo, para alcanzar una sociedad más justa y solidaria.
  Federico G. Charton. Catedrático de Música de Educación Secundaria en un instituto de Murcia. Nació en 1965 en París (Francia). Licenciado en Biología por la Universidad de Murcia (1989), ha trabajado en temas de educación ambiental antes de dedicarse a la docencia en la especialidad de Música desde 1993, simultaneándolo con su interés por los temas ambientales. Miembro de Los Verdes de la Región de Murcia (ahora EQUO) desde 2003. Actualmente afiliado de EQUO RM, organización de la que fue co-portavoz regional entre 2011 y 2013 y miembro de la Mesa de Coordinación Autonómica entre 2011 y 2015.
1 Si se consigue la RBU, muchas mentalidades tendrán que cambiar. Esta medida ayudaría a ser mas conscientes.

jueves, 21 de noviembre de 2019

APORTACIONES DE THOMAS GORDON EN LA COMUNICACIÓN ENTRE IGUALES

Las 12 respuesta típicas de una comunicación inadecuada:
  1. Ordenar, dirigir, mandar. Cuando se considera que se tiene rango o autoridad.
  2. Advertir, amonestar, amenazar. Condicionando las consecuencias a la otra persona.
  3. Exhortar, moralizar, aleccionar. Cuando se habla desde “el debería”.
  4. Aconsejar, sugerir soluciones. Cuando se pretende resolverle el problema a la otra persona, suministrando las respuestas y las soluciones solo desde nuestra perspectiva.
  5. Disertar, enseñar dando argumentos lógicos. Cuando se trata de influir mediante hechos, con lógica, contra argumentando.
  6. Juzgar, criticar, culpar. Cuando se responsabiliza a la otra persona sin empatizar.
  7. Elogiar sin saber lo que realmente siente o piensa la otra persona. Cuando se evalúa aunque se crea que es en positivo.
  8. Poner apodos, ridiculizar, avergonzar. Cuando se etiqueta a la otra persona.
  9. Interpretar, analizar, diagnosticar. Cuando “se cree” conocer a la otra persona desde nuestro punto de vista.
  10. Tranquilizar, consolar sin saber lo que la otra quiere realmente. Cuando no se quiere que la otra persona pueda seguir expresando sus sentimientos.
  11. Interrogar. Cuando se trata de interpelar razones, motivos, causas, buscando mas información pretendiendo resolver el problema, sin contar con la otra persona.
  12. Apartándose del tema, (Entretener, humorizar, distraer). Cuando se pretende alejar el problema, no encarándolo.
El lenguaje de la aceptación. “Aceptar a la otra persona “tal como es”, es un acto de amor. Sentirse aceptada es sentirse amada. Es comprobar lo que la otra sienta realmente.
No intervenir cuando la otra persona esta “haciendo”, es una forma no verbal de aceptación. El “no hacer” es dejar espacio a la otra persona.
Ser “humilde” en la escucha activa es una forma da mostrar aceptación y reconocimiento.
Cuando se utiliza el lenguaje para expresar, es fácil decir algo inadecuado. La palabra permite muchas interpretaciones entre emisor y receptor. Es mejor la expresión sincera de sentimientos y emociones desde nuestro yo autentico. Utilizando la “retro-información”, para confirmar lo que expresamos. El “tu” se utiliza normalmente en las 12 formas de comunicación inadecuadas.
La escucha activa es ser consciente de cuales son las actitudes básicas de Carl Rogers (Autenticidad, aceptación incondicional y la empatía1).
Y comprometerse con las siguientes actitudes2:
  • Hacer creíble que queremos escuchar.
  • Desear realmente acompañar.
  • Aceptar las formas de expresarse de la otra persona.
  • Demostrar confianza en la otra persona para que resuelva sus problemas.
  • Ser consciente de la transitoriedad de los sentimientos y emociones.
  • Reconocer que la otra persona es diferente.
  • Que la comunicación sea “generativa”, que sirva para un futuro compartido.
  • Indagar, “retro-alimentar”.
  • Ser flexible.
La forma activa de escuchar, nos ayuda a solucionar nuestros problemas. La otra persona sirve de espejo y consuelo.
2Según el mindfulness hay 7 actitudes básicas.

sábado, 14 de septiembre de 2019

Crecimiento económico y la Renta Básica por Ramiro Pinto

Anteriormente a la II Guerra Mundial la expansión económica provocaba la necesidad de más materias primas, de más mercados, lo que dio lugar a la conquista de otros territorios, origen del colonialismo. El crecimiento aumentó la población, lo cual generó una presión no sólo demográfica, sino de más empleo, incluyendo la industria militar, cuya sobre-dimensión desembocó en guerras entre países vecinos o hasta dentro de la misma nación, para aumentar los recursos, de tal manera que el crecimiento económico desembocaba en guerras, a lo que se llamó “época de bonanza”.
¿Un crecimiento económico que necesitaba ejércitos para la guerra?, Estas guerras destruían y obligaban a volver a construir más edificios, más industrias y más infraestructuras. En cada ciclo , un nuevo inicio, supuso el endeudamiento, lo cual se ha convertido en algo permanente y ya no es posible más. Tras una guerra el crecimiento económico salda la deuda, crea riqueza hasta que no da para más y viene su declive, las crisis cíclicas hasta…
Por otro lado la guerra con las nuevas tecnologías de tipo nuclear, biológico o químico no tienen sentido económico, pues la destrucción afectaría a ambos bandos, no habrá ganador ni vencido y las nuevas armas matarían a millones de personas, pero dejaría intacta las infraestructuras (con las armas químicas o biológicas). Se hacen guerras locales, con armamento tradicional, para apoderarse de fuentes de energía o de materias primas, pugnando por ellas las grandes potencias económicas que apoyan a un bando o a otro, sea el coltán, los pozos de petróleo, las vías de distribución del gas natural, o grandes depósitos de agua.
Hago un inciso antes de responder a la pregunta sobre ¿hasta dónde y hasta cuándo el crecimiento económico desde el punto de vista de la Teoría Alternativa?, que precisamente se plantea como respuesta a esta pregunta. La llamada “crisis” y la caída en esta última de la que no es posible salir, si no es saliendo del modelo que la provoca, es consustancial al desarrollo económico del último siglo, pero cuando el ciclo deja de ser “cíclico” es a partir de los años 90, cuando se debió de haber implantado la Renta Básica, pero sucedieron dos efectos de resonancia que impulsaron el desarrollo económico dando lugar a dos crecimientos dentro de la contracción económica. Esto creó el espejismo de la recuperación económica basado en las inversiones financieras de los nuevas tecnologías que impulsaron al resto de sectores artificialmente, de manera que estaban asentando una crisis definitiva en un modelo que estaba en vías de finalizar sin recuperación posible. Fue como una revitalización dentro de la agonía de un sistema al que se acababa el fuelle.
Tales olas de resonancia fueron la comercialización de la telefonía móvil y los juegos y productos derivados y posteriormente la comercialización de los ordenadores e internet, que resolvieron el problema de los beneficios con capitales emergentes que funcionaron en la economía bursátil, pero no tuvo consecuencia real respecto a la pobreza ni a la de creación de empleo de una manera rentable y general, sino sólo de manera muy parcial. Pero se tiró del dinero público dando visos de realidad a una recuperación ficticia y a un falso crecimiento. Se ha logrado expandir la economía, pero en lugar de razonar sobre lo que estaba pasando los economistas se ensoberbecieron en ver los síntomas y otra vez más de lo mismo, unos países desde potenciar industrias, como la del automóvil, otros con la construcción de viviendas o dar lugar a la concentración de las distribuidoras de alimentos, las grandes cadenas de supermercados y los servicios se trasformaron en una industria más que se hace rentable en la medida en que las condiciones laborales son más deplorables y esto, junto a la necesidad urgente de dinero por parte de los estados , siendo pan para hoy hambre, para mañana. Ante la falta de miras, se produce un proceso masivo de privatizaciones que hemos vivido en la última década, cuya inercia ha llevado a un proceso en cadena que es necesario enlazar en su conjunto. Han pretendido arrastrar a la sanidad y a la educación pública, que se salva por los pelos gracias a la reacción de la ciudadanía en mareas de protesta, pero que es un paso que se está dando parcialmente en estos sectores también. Se ha privatizado el agua, los servicios de basura, de jardinería, los trasportes “públicos”, que ahora son colectivos nada más, la gestión de diversos registros, además de las llamadas “externalizaciones” de muchas tareas de instituciones públicas y de los autonómicos o ayuntamientos.
El crecimiento económico o bien tiene unos límites desde el punto de vista de la teoría económica convencional o desemboca en una crisis (ciclo) o en una guerra. Más que ¿cuál es su límite?, porque no es algo natural, la pregunta correcta es ¿qué limite ponemos al crecimiento económico?, es decir ¿hasta dónde y hasta cuándo?. La respuesta desde la Teoría Alternativa es: hasta que sea posible la Renta Básica, de esta manera se convierte, además, en una necesidad su aplicación.
Este planteamiento tiene enjundia, pues muestra que no se trata de poner la Renta Básica por poner, sino que es como consecuencia de un desarrollo económico que tiene en cuenta el progreso tecnológico, el cual sustituye mucha mano de obra y permite Sustentar, desde el punto de vista ecológico y económico. Como dijo Erich Fromm en su obra “La sociedad sana”, año 1952, el problema no es de índole económico, sino de mentalidad. De ahí la necesidad de razonar, difundir y asimilar esta medida.
No se puede aplicar de cualquier manera la Renta Básica, ni a medias, ni en donde no sea necesario, aunque fuera posible, ya que en países empobrecidos (siendo países con grandes recursos) no es conveniente aplicar la Renta Básica. Tal es la paradoja, que muchos detractores desde sus trincheras ideológicas achacan, falazmente, contra la Renta Básica o quienes sin rigor teórico proclaman que sí, que café para todos1, cuando hay que ver cuál es el mecanismo de aplicación de esta medida, que Eric Fromm llamó el “salario asegurado”. En estos países hace falta el trabajo como elemento de desarrollo, porque ¿de qué sirve dar dinero a una población si carece de hospitales, si tenga o no dinero no va a poder ser asistido?, si no hay escuelas públicas ni universidades, ni carreteras. En un desierto de nada serviría llevar la cartera repleta de billetes. Más necesaria será una cantimplora con agua. Pero en New York, ¿para qué queremos la cantimplora? Las carencias estructurales se han de construir con el factor trabajo, con empleo como factor central y como forma de distribución de la riqueza, pero una vez se implante un sistema social generalizado para la sociedad y se llegue al punto del crecimiento óptimo, es cuando hay que aplicar la Renta Básica.
No es éste un tema baladí, pues tenemos experiencia histórica de lo que que es una aplicación incorrecta o ideologizada de buenas teorías, como pudo ser el socialismo, o el comunismo como teoría económica. Estaba planteado para sociedades industriales desarrolladas, de manera que exigían una planificación de la producción y a su vez evitar la explotación económica. Sin embargo se aplicó en sociedades aún agrarias, poco industrializadas y con una organización en muchas aspectos feudales. Para hacer la travesía a la sociedad industrial se impuso la dictadura del proletariado fuera del contexto democrático y desajustada de la economía real, basada en las necesidades, es decir, de las personas reales. Fue el caso de la URSS y de China, con todos sus países satélites posteriores. Se construyó un espejismo y su implantación fue una monstruosidad con “pies de barro”.
Pero obligo a las sociedades industriales capitalistas que fueron recalando, ante el miedo a este nuevo régimen económico, político y militar, con políticas económicas en las que interviniera el Estado como gestor del crecimiento basado en la Teoría General de Keynes y garantizar derechos sociales como fundamento democrático. Siendo así que la Renta Básica acaba siendo una Tercera Vía entre el modelo liberal y el keynesiano, como síntesis superadora de ambos antagonismos. Porque el método dialéctico aplicado a la economía da como resultado, también, la Renta Básica.
Por ello la Renta Básica plantea: trabajo y empleos sí, pero el que haga falta. Crecimiento económico, sí, pero hasta un límite que no ha de ser sobrepasado, cuya acotación es urgente implantar cuanto antes.


1En los países avanzados el incremento del valor de los productos con el pago de impuestos permite asegurar la Renta Básica.

martes, 5 de marzo de 2019

Afrontando el conflicto:





SeparEMOS a la persona del problema. Tratar un conflicto y mantener una buena relación de trabajo o personal, no tienen porque ser objetivos opuestos. Para esto necesitamos basar la relación en:
  • Percepciones: El conflicto no reside en una realidad “objetiva” sino en la mente de las personas. La “verdad en minúscula” es, sencillamente, un argumento más para hacer frente a la diferencia. La REALIDAD es la suma de todos los “puntos de vista”, que coincidiría con la VERDAD con mayúsculas que incluye e integra.
  • Debatamos las percepciones de cada un@: para tratar con las diferencias es mejor llevarlas al terreno explícito, hablarlas, comentarlas. Mientras lo hagamos de forma franca y honesta, sin culpar a la otra parte por “como” ve las cosas, una discusión de esta clase puede proporcionar la compresión que ellos necesitan para tomar en serio lo que tu dices y viceversa.
  • Pongámonos en el lugar del otro. La forma como vemos el mundo depende del lugar en el que estemos situados. Se tiende a ver aquello que se desea ver. La capacidad para ver una situación como la ve la otra parte (empatía) es una habilidad importante para la resolución de conflictos. En la Empatía más que confiar1 en la capacidad de ponerse en el lugar del otro, lo importante es dejar espacio a lo diferente. Necesitamos conocer bien su punto de vista y sentir la fuerza emocional y para ello hay que dejarle que se exprese tal como él considere.
  • No demos por supuesto: Es muy fácil caer en la costumbre de “saber” interpretar lo que la otra parte hace o dice. Normalmente se hace por nuestros propios valores o prejuicios. El coste de esto es que se desdeñan las ideas nuevas que puedan llevar a un acuerdo y se ignoran o rechazan los sutiles cambios de posición.
  • No hay culpables en el conflicto: Siempre es tentador hacer recaer toda la responsabilidad de la situación en la otra parte.
  • Permitamos que la otra parte se desahogue: Se puede conseguir una liberación psicológica de sentimientos como ira y frustración a través del sencillo proceso de escuchar (sin responder ni explicar ni justificar) las quejas del otro. Ayudarle a expresarlas facilita el poder hablar, mas tarde de forma mas racional.
  • Busquemos el consenso, asegurándo que se participa en el proceso: si la otra parte no se involucra en el proceso, el poco probable que se sostenga un acuerdo. Es así de fácil. Un acuerdo es mucho más fácil si ambas partes se sienten propietarias de las ideas. Un proceso de negociación se hace más fuerte a medida que cada una de las partes pone su impronta en el desarrollo de una solución.
  • Estemos atentos a las emociones: En un conflicto, las emociones son tan importantes como las conversaciones. Las emociones nos pueden conducir a una negociación rápida y sino las dejamos salir a un bloqueo temporal, o acabar con cualquier posibilidad. Lo primero es reconocer y comprender las emociones, las propias y las de los otros: observar como estamos en la situación. Nervios@? Tienes el estómago revuelto? Escucha a la otra parte y hazte una idea de lo que siente. Manifestemos las emociones de forma explícita y reconozcámoslas como legítimas: Esta bien decir, por ejemplo, que la gente está disgustada por lo que pasa. Al convertir los sentimientos propios y ajenos, en un foco explicito del conflicto, disminuirá la gravedad del problema y lograremos que las negociaciones sean menos “reactivas”. Libres de reprimir las emociones las personas estamos mas dispuestas a trabajar en un problema.
  • No reaccionemos ante las explosiones emocionales: en situaciones conflictivas se puede dar que alguna persona rompa su auto-control. En estas situaciones es mas práctico no reaccionar, simplemente dejar que pase la tormenta (Excepción hecha, claro está de que alguien pierda tanto su control que trate de agredir).
  • Utilicemos gestos simbólicos: Acciones que puedan producir un impacto emocional constructivo y que generalmente, cuestan muy poco. Una nota de simpatía, un gesto, un abrazo, una comida. Buscar oportunidades para mejorar una situación emocional hostil con pequeños gestos. ¡¡Sin olvidar las disculpas!! Una disculpa puede ser una gran inversión.
ALGO DE BIBLIOGRAFÍA
"El corazón del conflicto" Brian Muldon
Krishnamurti: el conflicto
"Tu ganas yo gano" Helena Cornelius y Shoshana Faire
"Con el amor no basta" y "Prisioneros del odio" Aarón T. Beck
"Herramientas para trabajar en mediación" Francisco Diez y Gachi Tapia
"Controle su ira antes de que ella le controle a usted" Albert Ellis
"Cambio" Paul Watzlawick, John Weakland y Richard Fish
Sentados junto al fuego Arnon Mind
1La comprensión y el sentirse afines, no siempre implica una verdadera aceptación de lo diferente y puede seguir quitando importancia a lo peculiar de la otra persona.